Church of St Nicholas

Recorriendo esta encantadora ciudad báltica, su casco antiguo con magníficas iglesias sobre todo, en tonos pasteles como la que os muestro, en piedra, la más antigua en pie. Una arquitectura antigua con mezclas de estilos, gótico, barroco, renacentista. Como si de un cóctel se tratara, sus calles empedradas por el casco histórico, sus canalones de forja tan originales en forma de animales o botas, nos ofrece un Vilnus de estilo barroco. Casas de colores en pastel, lo mismo que muchas de sus casas de oración, que a mediados del siglo XX, había 885 entre capillas y iglesias católicas. Ya sean ortodoxas como esta, católicas, que si por fuera son bonitas, sus interiores sorprenden por la belleza, su espectacular retablo y sus ricos ornamentos. Vilnius, donde pasear por sus calles, supone adentrarse en un museo al aire libre. Una villa que está declarada en el Patrimonio de la Humanidad, merece la pena ir descubriendo lo tranquila que es, ya que había menos turismo que en sus vecinas bálticas.

Touring this charming Baltic city, its old town with magnificent churches especially, in pastel colors like the one I show you, in stone, the oldest standing. An old architecture with mixed styles, Gothic, Baroque, Renaissance. As if it were a cocktail, its cobbled streets through the old town, its original forging gutters in the shape of animals or boots, offers us a Baroque style Vilnus. Houses in pastel colors, as well as many of their houses of prayer, that in the mid-twentieth century, there were 885 between chapels and Catholic churches. Whether orthodox like this, Catholics, if they are beautiful on the outside, their interiors surprise for their beauty, their spectacular altarpiece and their rich ornaments. Vilnius, where you can walk through its streets, means entering an open-air museum. A town that is declared a World Heritage Site, it is worth discovering how peaceful it is, since there was less tourism than in its Baltic neighbors.