Nutcracker Christmas Shop

Para algunos puede resultar un rincón bastante tonto, pero para mí esta tienda supuso algo muy especial. En Edimburgo (que yo sepa) hay un para de ellas, pero a mí me encantaba visitar esta en concreto, que se encontraba en la maravillosa Royal Mile, la calle con más ambiente turístico de la ciudad. Al entrar te transportas inmediatamente al mes de diciembre. Yo visité Escocia en pleno agosto, cuando en Fuengirola (mi ciudad) nos asamos de calor y al mediodía corremos despavoridos a la playa, así que incluso para mí resultó extraño encontrar en este rinconcito un refugio. Mi viaje lo realicé en un momento en el que sufría la típica crisis existencial que a todos nos da cada ciertos años (o meses... o semanas, según cómo nos vayan las cosas), ya sabéis: ¿quién soy? ¿a dónde voy? ¿de dónde vengo?... ¿qué narices estoy haciendo con mi vida?, y ese tipo de cosas... (bueno, aún no lo he resuelto del todo, pero ahora me lo tomo con más calma :-P). Además, viajaba sola y, aunque fue una experiencia estupenda, cada vez que echaba de menos a mis amigas o extrañaba a mi familia, entraba en esta tienda y me sumergía en ese olor típico de la Navidad, una mezcla de vainilla, canela y frutos rojos. Si tenéis la oportunidad, y os encontráis en plena euforia de compras, no dudéis en entrar. Todo está repleto de pequeños angelitos, estrellas que brillan, cajas de música y Papá Noeles de todos los tamaños. Por supuesto no podía consentir volverme de allí con las manos vacías, así que me compré un pequeño portal de Belén, aprovechando que ese año serían las primeras Navidades que pasaría en mi nueva casa y aún no tenía nada con qué decorarla ;)

For some it may be a corner pretty silly, but for me this meant something very special store. Edinburgh (to my knowledge) there is for them, but I loved this particular visit, which was in the wonderful Royal Mile, the most lively tourist street of the city. Upon entering you are transported immediately to December. I visited Scotland in the middle of August, when in Fuengirola (my city) we roast midday heat and run in terror at the beach so it was strange even for me to find a refuge in this corner. My trip was made in a time when the typical suffering existential crisis gives us all every few years (or months ... or weeks, depending on how things go us), you know: Who am I? Where do I go? Where did I come from? ... What the hell am I doing with my life, and that sort of thing ... (Well, I have not yet resolved, but now I take it more calmly:-P). Moreover, traveling alone and, although it was a great experience every time I missed my friends and I missed my family, went into this store and I immersed myself in the typical smell of Christmas, a blend of vanilla, cinnamon and nuts Red. If you have the chance, and you are in the euphoria of shopping, do not hesitate to enter. Everything is full of little angels, stars shining, music boxes and Santas of all sizes. Of course he could not allow volverme away empty handed, so I bought a small stable in Bethlehem, taking advantage of this year would be the first Christmas that would happen in my new home and have not had anything to decorate ;)