Changing of the Guard at the Tomb of the Unknown Soldier

El colofón de toda visita al Cementerio Nacional de Arlington es sin duda la que nos lleva a lo alto de una colina desde la que se ve todo Washington. Pero la vista no es lo importante, sino la ceremonia que cada día tiene lugar allí varias veces. En un escenario realmente teatral, preparado ex profeso para tan honorable ceremonia. En 1921 el Congreso aprobó el entierro de un soldado de la I Guerra Mundial sin identificar en la sagrada tierra del cementerio militar. Se le construyó un sarcófago de mármol blanco con relieves que representan la Paz, la Victoria y el Valor a la que se añaden seis coronas por cada una de las campañas de la I Guerra más una inscripción que reza: " Aquí descansa en honor y gloria un soldado americano conocido solo por Dios". Acompañándole se encuentran otras tres losas de mármol blanco, una por la II Guerra Mundial, otra por la de Vietnam y otra por la de Corea. Y para rendir honores a estos elegidos, como símbolo absoluto de todos los que cayeron en esas contiendas bélicas, monta guardia una élite las 24 horas del día, los 365 días del año, y bajo cualquier condición meteorológica. Los centinelas, todos voluntarios, pertenecen al Regimiento de Infantería, con sede en Fort Myer, Virginia. Cada media hora en verano y cada hora en invierno y por las noches, los centinelas dan el "paseo" de un lado a otro de la tumba sobre una alfombrilla de goma, para no hacer ruido, mientras los visitantes son conminados a guardar absoluto silencio y respeto durante la ceremonia. Durante su turno, el guardia camina 21 pasos,mira hacia la tumba durante 21 segundos como gesto de respeto, gira y espera otros 21 segundos antes de caminar otros 21 pasos a lo largo de la alfombrilla. 21 es un número de vital importancia en la milicia norteamericana, como también podemos ver en los famosos 21 cañonazos de honor que se rinden en los funerales de los héroes. Todo para mayor honor y gloria de los que dieron la vida por América.

A highlight of any visit to Arlington National Cemetery is undoubtedly leads us to the top of a hill that looks across Washington. But the view is not important, but the ceremony that takes place there every day several times. In a truly theatrical stage, prepared expressly for this honorable ceremony. In 1921 Congress approved the burial of a soldier of the First World War unmarked in the sacred land of the military cemetery. He built a white marble sarcophagus with reliefs representing Peace, Victory and the value at which six titles are added for each of the campaigns of the War I's an inscription that reads: "Here rests in honored glory and an American soldier known only to God. " Accompanying him are three more slabs of white marble, the World War II, one in the Vietnam and one in the Korean. And to honor these elect as absolute symbol of all those who fell in war strife, an elite stands guard 24 hours a day, 365 days a year, and in all weather conditions. Sentinels, all volunteers, belonging to Infantry Regiment, based in Fort Myer, Virginia. Every half hour in summer and every hour in winter and at night, the sentries give the "ride" from side to side of the tomb on a rubber mat, not to make noise while visitors are ordered to maintain absolute silence and respect during the ceremony. During his turn, the guard walks 21 steps, faces the tomb for 21 seconds as a gesture of respect, turns and wait another 21 seconds before you walk another 21 steps along the mat. 21 is a number of vital importance in the American military, as can also be seen in the famous 21-gun salute in honor to give up at funerals of heroes. All for the greater honor and glory of those who gave their lives for America.